Todo lo que siempre quisiste saber sobre las nuevas organizaciones (y nunca te atreviste a preguntar)

Uno de los detonantes para crear este blog fue un libro. El genialisimo “Reinventar las organizaciones” de Frédéric Laloux.

Laloux pasó tres años investigando nuevos modelos de gestión en empresas de todo el mundo. Analizó compañías de todos los sectores y tamaños que tenían algo en común: habían revolucionado su forma de organizarse.

Entre ellas, una empresa eléctrica, una organización de atención domiciliaria o una pyme que fabrica piezas para automóviles. Tan distintas entre sí, decidieron explorar una nueva manera de liderar.

Y su éxito demuestra algo muy simple: ¡es posible hacer las cosas de manera diferente! (y muy recomendable si quieres mi opinión)

Te animo a leer el libro. Es una auténtica biblia que no ha envejecido ni una pizca aunque fue publicada en 2014. Pero para resumir sus ideas clave, las llamadas organizaciones “turquesa” (las más evolucionadas según la clasificación por colores de Laloux) se basan en tres principios fundamentales:

  1. Integridad: Como diría Nirvana, “Come as you are”.
    Estas empresas creen que las personas no deberían esconder su verdadera esencia ni encajar en un molde. Aquí se habla de espiritualidad, compasión, intuición, emociones, naturalidad... La empresa se convierte en un espacio seguro donde se respeta y se celebra la autenticidad. En resumen, “lo femenino” está invitado a la mesa.


  2. Autogestión: Bye bye middle management.
    Los equipos funcionan como pequeños organismos autónomos. Dado que la autoridad se comparte, cualquiera puede proponer proyectos o tomar iniciativas, siempre que consulte a sus pares y sus ideas estén alineadas con el propósito de la organización. Existe una jerarquía natural, pero se basa en la experiencia o en la voluntad individual de implicarse en un proyecto.


  3. Propósito evolutivo de la empresa: No “dirigimos” la empresa, la “manejamos de manera responsable”.
    La organización se considera un ser vivo. Cada decisión se toma respetando el sentido profundo de su existencia y su misión en el mundo. Ayudamos a la empresa a realizar su labor en el mundo. No se trata de “ser los mejores” si no de seguir su vocación.

¿Y cómo se traduce todo esto en la práctica?

Laloux comparte numerosos ejemplos inspiradores: desde cómo se hacen las reuniones, se contrata o se despide, hasta cómo se gestionan los conflictos, las relaciones con los clientes o la definición de la visión de la organización.

Para compartirte estas ideas, empiezo una serie de 12 artículos, cada uno dedicado a una temática concreta.

¿La idea? Crear un pequeño manual de inspiración para construir tu propio modelo de gestión, eligiendo las prácticas que estén más en consonancia contigo.

Siguiendo la metáfora de Laloux, si la empresa es un organismo vivo, lo diseccionaremos como si fuera una autopsia de un cuerpo humano: cada órgano, con su función, contribuye a que el organismo viva y se realice.

Nos vemos la próxima semana, donde hablaremos… del corazón.